Tras la revolución de Egipto en 1952, los cabarets empezaron a servir como plataforma para el talento teatral y artístico. Por esta época la danza oriental cobró fuerza en los clubes nocturnos de El Cairo, Beirut y Argel.
Durante estos años se produjeron muchas películas en Egipto y era habitual incluir alguna escena de danza. Los productores visitaban estos clubes buscando bailarinas, algunas de ellas, como Tahia Carioca, Samia Gamal, Naima Akef, Nadia Gamal, Hekmat Fahm y Pepa Ez Eldin, llegaron a ser estrellas de cine muy populares.
El vestuario preferido en esta época fue el inspirado en las películas americanas: de dos piezas, con flecos y pedrería.
A la siguiente generación de estrellas de la danza oriental pertenecen: Fifí Abdou, Nagwa Fouad y Soheir Zaki, quizá la reina entre todas y la primera en bailar con la música de la cantante más querida en la historia de Egipto: Umm Kulthum.
Todas estas bailarinas hoy son reconocidas como las representantes de “La Edad de Oro” de la Danza del Vientre (1940 – 1970).
Fue a mediados del siglo XX cuando la danza empieza a popularizarse a nivel internacional, sobre todo en Estados Unidos, gracias a la labor de divulgación que hicieron artistas como la española Dalilah, que organizó por primera vez viajes para que las estudiantes pudieran conocer a las bailarinas míticas de Egipto y preparó los primeros seminarios junto al coreógrafo Mahmoud Reda fuera.